jueves, 26 de julio de 2012

preludio... después todos sabremos.


Ya me siento cansado…no físicamente…lo único que quiero es cerrar los ojos para descansar y no volver a abrirlos nunca mas.
Ya ni trato…no vale la pena. Para que desgastarse si este mundo de mierda no tiene nada que no sea válido para los que no quieren cegarse con el conformismo.

Por que lo sigo haciendo entonces. Me lo cuestiono cada mañana y me ocupa tiempo de mis noches, no duermo bien.
Otros más se preocupan y deben parar. No es sano para nadie más.
Yo no quiero más.

Seguramente no debe existir peor miedo que el que se tiene al presente y al futuro.
Sin ser el único miedo que recae sobre mí como un atardecer en el cielo….no puedo encontrarte…no puedo buscarte. 
Me obligan a mirar hacia otro rumbo, me obligan a preocuparme de otras cosas.
Pero tan necesario es poder tenerte que el no poder ni siquiera salir a buscarte me está convirtiendo en algo así como el único reo de la cárcel más grande y aislada. Hambriento de libertad y sin saber el porque estoy ahí.

Siempre te eché de menos. Siempre quise estar contigo. Nunca te conocí. Siempre quise prometerte que estaría allí. Aun en los tiempos donde ya no queda esperanza pienso en que un día te veré, como un fiel perro a la espera de su amo, viéndote llegar con una sonrisa por verme contento moviendo la cola sabiendo que todo está bien mientras te tenga junto a mí.
Puede que me haga viejo esperándote, talvez muera, puede que no te conozca, puede que no existas.
Aún así te sigo esperando como aquel can que perdió a su mejor amigo  y que espera volver a verlo llegar como si nada, como aquel día cualquiera en que dejó de vivir.